jueves, 11 de agosto de 2011

propina o colleja para el del ciclorickshaw, la entrada triunfal en Agra

Llegamos a la estación de Agra, donde se suponía que nos venían a recoger del hotel. Tras comprobar que nanai, que allí no había nadie esperando por nosotros, iniciamos el ritual que se viene repitiendo en todas las estaciones, la negociación con los rickshaws. En breve dejamos de ser pareja para convertirnos en trío, el tío más pesao de toda Agra estaba allí para decirnos que nuestro hotel estaba cerrado, que él nos llevaba a otro (vamos, el típico camelo), el tío que si, que si, y nosotros que no, que no. Total que al final nos decidimos a buscar el hotel por nuestra cuenta a patita, ya que en un email los del hotel nos dijeron que estaba relativamente cerca de la estación. Dicen que preguntando se llega a Roma, pues no preguntéis en Agra, porque no llegareis nunca. A cada persona que le preguntábamos nos mandaba por una calle distinta.
Visto que así no avanzábamos optamos por coger un ciclorickshaw (lo que viene a ser un carromato a pedales), paramos a uno en una rotonda para enseñarle la dirección que teníamos apuntada en una hoja, y de repente un tumulto de carrichoches se agolpó a nuestro alrededor... por 150, por 80, no que esta lejos, no que esta cerca, que si, que no.... nos terminamos montando en el del mejor postor, 50 rupias. Tras mostrarle la dirección comenzamos un involuntario paseo de más de una hora por todo Agra. El hombrecico estaba más perdido que en pulpo en un garaje, y nosotros cada vez un poco más crispados con la situación, ya que su estrategia para localizar nuestro hotel era el pasar por la puerta de todos los hoteles de Agra. Ya no sabíamos si darle una propina por el sofocón que llevaba el hombre o una colleja por no admitir que no sabía donde estaba y llevarnos por calles por las que no teníamos opción de cambiar a otro rickshaw.
Finalmente y tras mucho preguntar llegamos, pero estaba claro que hoy no era nuestro día. El hotel que habíamos reservado tenía muy buena pinta por internet, pero la realidad es que era un sitio muy raruno y con gente con pintas muy chungas, así que entramos y salimos, no podíamos alojarnos allí.
Os pongo en situación, calle oscura y solitaria, sin tener claro donde estamos, ni que dirección tomar para llegar a alguna calle con trafico donde pillar un transporte. Empezamos a caminar y a unos cientos de metros casi lloramos de la emoción al ver parado un rickshaw en una esquina. Con lonely en mano le dimos al paisano la dirección de uno de los hoteles que recomiendan junto al Taj Mahal (hotel al que teníamos que haber ido desde un principio), no quisimos ni negociar el precio, lo que nos dijo nos pareció bien. Aliviados nos montamos deseando llegar al hotel y que tuvieran habitaciones libres, pero los astros se alinearon para que esta noche nada nos saliera bien, el carricoche se paró, mierda no puede ser, buff menos mal ha vuelto a arrancar, pero a los pocos metros se volvió a parar, y así a trompicones conseguimos llegar a un lugar donde pudimos cambiar a otro tuctuc.
Este ya fue el definitivo, llegamos al Taj Plaza Hotel y tenia habitaciones. Al final, fue lo mejor que nos pudo pasar, ya que este lugar está estrategicamente situado para la visita al monumento y desde la azotea tiene unas espectaculares vistas, siendo además mucho más barato que el Nirvana hostel, sitio en el que inicialmente teníamos reserva y el que no recomendamos a nadie.

A la mañana siguiente ya descansados desayunamos tranquilamente en la terraza del hotel con vistas al Taj, fue este un momento de esos que no se te olvidan y compenso todas la penurias pasadas en la extraña entrada a esta ciudad.

El Taj Mahal, una lágrima en el rostro de la eternidad


Sha Yahan construyó el Taj en memoria de su segunda mujer, quien murió al nacer su 14º hijo (madre mía, 14 hijos). Su muerte dejó al emperador tan afligido que según cuenta la lonely su pelo encaneció de la noche a la mañana. Poco después de que la construcción estuviera terminada Sha Yahan fue destronado por su hijo y confinado en el fuerte de Agra. El resto de su vida solo pudo contemplar su creación desde la ventana del fuerte. Nuria y yo tenemos una teoría sobre esto, el hijo que encerró al padre en el fuerte para que viera su obra, era hijo de la primera mujer y estaba rebotao.
En la construcción del Taj trabajaron 20000 personas y esta construido en marmol blanco con miles de piedras semipreciosas.
Sha Yahan, no sé exactamente si lo que quería era dar a su mujer un descanso eterno, porque si es así no lo consiguió. Vaya jaleo que tienen montao todos los días, el interior del mausoleo es una cúpula abovedada con una buena resonancia, la gente se dedica a dar gritos para comprobar si esto es cierto.






Pasamos una buena mañana aquí, después de la visita nos tumbamos en el blanco marmol a la sombra para relajarnos viendo pasar a los turistas. Había muy buen ambiente, nosotros fotografiamos a los indios y los indios nos fotografiaron a nosotros.



Quien dijo que en la India no se podía tomar cervezas. Terminada la visita al Taj, nos tomamos un vermut indio a base de pakoras regadas con un par de buenas cervezas, que a las 11 de la mañana nos sentaron de lujo. Con una alegría especial fuimos a visitar el fuerte de la ciudad, lugar donde estuvo encerrado el emperador. Es uno de los mejores fuertes mongoles de la India, y si además se le añaden las espectaculares vistas que hay del Taj, la visita se hace obligada.




Nuria, ídolo de masas


los fans de Nuria no era los unicos que acechaban en el fuerte




así vió su obra Sha Yahan durante sus 8 últimos años
de vida en los que estuvo encerrado en el fuerte

lo que veíamos mientras cenábamos pollo tandoori en la azotea del hotel

1 comentario:

  1. Hola!!
    Estamos en BCN, y hemos seguido vuestro blog desde casa de nuestros cuñados. Está genial!!. Daniel se ha quedado enganchado desde la primera entrada...con la historia del jabalí.
    Bueno, y que las fotos muy chulas...anda que la de Nuria rodeada de admiradores. Que bueno.
    Pablo hoy ha visto muchos animales, hemos estado en el Zoo.
    Un beso y pasadlo bien.
    Gemma.

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