miércoles, 10 de agosto de 2011

Transitando por Jaipur en estado febril

Ayer salimos de Udaipur dirección a Agra, ciudad del Taj Mahal. Este trayecto empezó en primera clase. Todo un lujo, compartimentos cerrados y más grandes que en otras clases y con solo cuatro amplias literas. Eso sí, los baños igual de tiñosos y malolientes que en el resto de vagones.
Con los compañeros de compartimento no estamos teniendo mucha suerte por el momento, ya que nunca hemos viajado con turistas. Hasta ahora nos ha tocado compartir con indios de todas las castas. Esta vez fue con unos empresarios un pelo pesados y demasiado mirones.
Durante el trayecto ya me empecé a encontrar algo mal. Un sudor frió me hizo pensar que tenía unas décimas de fiebre, pero no le dí más importancia, efectos del cansancio, algo que me sentó mal o un simple enfriamiento debido al exceso, en ocasiones, de los aires acondicionados.
Llegamos a Jaipur a las 6 de la mañana, teniendo de tiempo hasta las 15 h que salía nuestro tren dirección al Taj.
Mi mal estar, Nuria y yo dejamos nuestras mochilas en la consigna, nos enchufamos un ibuprofeno y salimos dispuestos a conocer la ciudad y a comprar medio bazar en tan solo una mañana.
Sobre la ciudad deciros que a las 6 de la mañana aún estaba dormida. La ausencia de gente daba protagonismo a la basura que salía a nuestro paso.
Andamos por la parte vieja de la ciudad y localizamos un café donde hacer tiempo para que el lugar cobrara vida. Ya perdonareis que no haya fotos, no tenía el cuerpo para verbenas.
Madrugar, lo que se dice madrugar en este sitio no parece gustarles porque hasta las 11 no abrían los puestos del bazar. Llegada la hora, nos dirigimos a practicar el arte del regateo, esta forma de comprar puede resultar algo cansina cuando ya llevas un rato, pero bueno cumplimos casi todos los objetivos marcados, se puede decir que fue una mañana productiva. Comprar especias fue el rato más agradable del día.
De Jaipur hay diferencia de criterios, a Nuria la ciudad no le desencantó tanto como a mí, que me pareció fea, sucia y agobiante. También, entiendo que mi estado febril me hizo ser más critico con el lugar.
Ahora escribo esto después de una revitalizante siesta en el tren que nos lleva a conocer el Taj Majal..... Q ganas.
Doy las gracias a Nuria que me protegió del ataque de una cucaracha mientras dormía. También comentar que desde la atalaya de nuestra litera de 2º  avistamos un pequeño ratoncillo correteando por el suelo del vagón, esperaremos a ver que nos depara el próximo desplazamiento en 3º clase.


3 comentarios:

  1. No es por hacer leña del árbol caído pero buena cara lo que se dice buena cara no tienes ....
    A ver si tienes suerte y pasa rapido

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  2. un 10 para tu blog! aquí una embarazada que este verano no viaja y reviviendo la India gracias a vosotros! fantástico! Oye, que siempre no se encuentra gente tan maja como la Mónica y yo, jejeje!! disfrutar mucho! namaste!

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  3. queridos, preciosas las fotos y los escritos muy entretenidos, de verdad. me alegra saber que estais mas o menos bien, espero que alberto se recupere y que gracias por llevarme otra vez darme una vuelta por ese pais fascinante que es india. un beso muy grande, diana.

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