Siguiendo la recomendación de Lonely Planet, el segundo día en Jaisalmer contratamos un camel saffari pernoctando bajo el estrellado cielo del desierto que separa India de Pakistan. Con la única compañía de dos guías y una pareja de holandeses disfrutamos de un ocaso espectacular y tras dar cuenta de la cena que nos prepararon los primeros, en una hoguera, nos acomodamos en lo que serían nuestras camas esa noche... Bueno, camas, mejor dicho una colcha sobre la arena y ya está, tachán!!!! El cielo estrellado y la soledad que nos rodeaba fue impresionante de verdad. Pero es cierto que este momento idílico-bucólico también tiene su contra, el viento creador de dunas no iba a parar esa noche por que nosotros estuviéramos ahí durmiendo, así que a la mañana siguiente amanecimos enronados de arena, hasta las orejas (literal). Por no hablar del monumento al culo doliente que vamos a realizar a nuestros queridísimos tras 7 horas de camello.
nuestro arbol cueva en mitad de la nada donde comimos y
echamos la siesta cuando el calor se hacia insoportable
mirad la cara de felicidad de mi camello que no tuvo que
llevarme durante gran parte del recorrido (Seguí el consejo
de mi dolorido culo y empecé a preparar la próxima travesía
de los monegros)
Peter Pan y Wendy en el desierto
nadie se quiso perder el ocaso
mientras dormia
Estoy emocionada con vuestro blog!!!
ResponderEliminarSeguid parejica, hacednos vivir esa magia desde el sofá de nuestras casas.
Muak
Hola, que fotos! Que colores! Un besico.
ResponderEliminarHA HA HA....
ResponderEliminarY no pudisteis dormir en el Hotel/Hostal de la chica de la jarra?
Y... ¿7 horas de camello? uf de pensarlo....
Las fotos son impresionantes!!!